Kixa

Mucho tiempo ha que yo era un imberbe muchachito con sueños e intenciones tan prístinamente puras que incluso amó sin respuesta alguna a una intrigante mujercita que poco o nada fijara su indiferente mirada en mí. ¡Ay, de yo, tan jóven y mártir! Jajaja, como buena historia de desamor, resultó que me desviví por una ilusión que se esfumaría con la puesta del sol dejando un recuerdo tan incierto y etéreo como el espejismo que le provocara. Cuento aún con una colección de artilugios que aprehendí de aquella época pues de algún modo me hacen pensar que pudo haber existido de verdad. Contándose en aquellas páginas se encuentra ésta: el dibujo de una minina que algo nos revela en sus grandes ojos manga.