Garabatos en Prosa

No tengo por costumbre excederme con textos en un blog que es meramente imagen. Publico mis dibujos y escribo alguna historia o pensamiento breve alusivo a la viñeta, pero no un texto tal cual como lo hacen otros blogs que son exclusivamente para comerse leídos. Hoy tengo la intención de quemarles las pestañas, claro, a quienes así lo decidan, con un articulito que me fue encomendado escribir para la revista Repentina (órgano informativo interno de la Facultad de Arquitectura de la UNAM). Dicho escrito no fue ni será publicado, debido a mi estilo rebuscado y barroco (así definido). Ya que no lo leerán en otro lado, lo comparto en este espacio que me he diseñado para mis divertimientos personales. Espero que lleguen al final y, sobre todo, que lo disfruten.

----------------------------------------------------------------------------------
  

Garabatos en prosa

Por Elias “Uva” Díaz | alumno-pasante (en aquel momento, ahora egresado) de la Facultad de Arquitectura, UNAM

Comienzas a expresarte por el llanto, que deviene en balbuceos, unos más articulados que otros. Tus padres te dejan curiosear con los sentidos que ellos mismos consideran correctos: podrás tocar el control de la televisión, pero jamás degustarlo con tus atentas papilas. Se les ocurre que es hora de que te entretengas en algo más que en hurgar las intimidades de la casa donde te criarás y te obsequian tu primer crayón –seguramente de algún color “encendido”– junto con el reverso de alguna factura vieja. Esta hoja de papel usada y despreciada por tus mayores –que no es nueva, por temor a sus afilados bordes– se convierte en un micro-universo listo para ser el primer lienzo de un pequeño e inexperto mini-dios.

En él crearás bestias, objetos, máquinas, edificios, personajes cuasi-antropomorfos, paisajes… tantas cosas como no puedas aún describir con otros lenguajes y que pueblan tu fértil imaginación. La satisfacción de “crear” la describes como abrumadora, excitante y adictiva, incluso para tu corta edad.

Resulta en muchos de los casos, que abandonas prontamente estas exquisiteces mientras descubres otras que se te antojan más interesantes o menos exploradas. Algunos escriben, otros cantan, hay quienes leen, tocarás un instrumento, bailarás, harás cuentas, patinarás, escucharás música, verás películas, resolverás crucigramas. En el mejor escenario, tu búsqueda esencial te llevará a ser una persona interesante, por ti y para ti, y nunca estará de más el que tus esferas sociales así te entiendan también. Estos nuevos intereses se convierten rápidamente en un pasatiempo para la gran mayoría. Descubrirás, en algún momento, que tus contextos tienen sus propios pasatiempos y en ellos no encajas como lo hubieras soñado en tu más infantil juventud. Esta presión social te impulsa a revalorar aquellas cosas que liberaban tu espíritu y convienes en arrumbar tus pueriles micro-universos en beneficio de lo que llamarás “un plan de vida”.

Así, nos vamos rodeando de gente que abandona sus pasiones por la generalizada idea de que “tus pasiones no te darán de comer”… “de amor no se vive”… “¿artista?, busca algo que sí deje”, y diversas máximas manufacturadas con la conjugación de bellas palabras en oraciones terriblemente punzantes.

En este momento, considero conveniente introducirme a usted, lector. Soy “Uva”. Un joven como tantos otros que existimos, que vestimos mezclilla, que mascamos chicle, que estropeamos nuestro sentido del oído con audifonitos incrustados a los nervios cerebrales y que hemos perfeccionado el arte del equilibrista en un vagón de Metro. Soy cualquier persona promedio, dime “Uva”. No tengo padres afamados ni adinerados, no crecí en una zona determinada como exclusiva, ni siquiera estuve rodeado de personalidades en mi pesebre. Entonces, ¿por qué merezco su respetable atención?, ¿por qué se me ofreció este espacio para escribir sobre mí? Verá usted, existió en mi formación, una minúscula diferencia, y ha sido ese diminuto “tropiezo” lo que me ha definido desde entonces:

¡Nunca solté mi primer crayón!

Han sido esos garabatos ininteligibles los que me han brindado un atisbo de reconocimiento ajeno. Y he aquí la maña de esta empresa: Hago las cosas como me gustan, y las hago con tanta emoción, encanto y entrega –como aquellas primeras quimeras preescolares–, que trascienden del papel y conmueven al espectador. Todo lo que se hace con amor, termina por notarse. Y he descubierto en mi arte un amor que no se acaba, que no se derrama, que es agradecido y sabe rendir sus frutos. Además del dibujo, en donde me he especializado hacia la caricatura y el diseño de personajes, también he necesitado de otros idiomas en qué comunicar todo lo que voy descubriendo que puedo ser, sentir, idear, hacer… escribo, leo, bailo, canto, (estudio arquitectura) y uso muchos otros verbos. Nunca es suficiente. Nunca debe serlo.

Tanto el mundo, como nuestro humano cerebro son tan maravillosos, extensos e increíbles que resulta verdaderamente triste toparse con gente sin quehacer. ¡HAZ! Inventa algo, desarrolla una idea, ¡conócete! Nunca es tarde: sigue habiendo mucho mundo y sigues teniendo algún cerebro. ¡Ejercítalo como mejor te plazca, pero úsalo… y compártelo conmigo!

Aquí termino la parte emotiva de mi redacción para darles la buena noticia: “Se puede vivir de sus pasiones”; y esto será tan fácil como cada uno se lo proponga y con la energía que plasme en la(s) suya(s) propia(s).

Premio Nacional de Caricatura

Una tarde de agosto recibo la llamada de una antigua conocida. Extrañado contesto y recibo su información: “Vi la convocatoria para un concurso de caricatura y pensé en ti.” (Siempre es lindo cuando alguien te dice al oído estas últimas tres palabras). Me envió por mensaje de texto el correo para pedir informes y el resto quedó de mí. No se vaya con la finta, estimado lector, la vida está llena de lámparas maravillosas, pero está en uno el frotar las manos.

“La Procuraduría General de la República (PGR) a través de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), el Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República, el Instituto Mexicano de Cinematografía, el Instituto Mexicano de la Juventud, el Centro Nacional de las Artes, Tendiendo Puentes A.C. y el Instituto Electoral del Distrito Federal (tome aire) invitan al: 2do. Concurso Nacional de Cortometraje en Video y al 6to. Concurso Nacional de Caricatura”, según rezaba el encabezado de dicha convocatoria.

Obrando como se espera del consabido estereotipo de estudiante de esta Facultad de Arquitectura, dejé todo para el final. Durante el mes de holgura entre mi lectura del documento convocante a la fecha de entrega me serví de alguno que otro boceto pero nada que mi espíritu identificara como la idea “genial”. A unas horas del cierre, la siempre oportuna inspiración hizo su atropellada entrada a la pasarela y mis dedos, dos lápices de la familia B y un recorte de cartulina Ilustración (según medidas reglamentarias) se encargaron del resto, mientras yo le hacía el amor a la impuntual musa como una esposa abandonada durante años por su esposo guerrero que regresa a premiarla con su irresistible y desaliñada supervivencia.

No abandones tus pasiones, dedícate a ellas, sé feliz, hazlas felices y abre los brazos sin apegos, tanto a sus no pocas recompensas como a las más inhóspitas críticas. Estamos hechos de tantas cosas que no sabes cuándo necesitarás de esos aplausos como de esos abucheos. Pero siempre recuerda la lección reciclada y trillada de Miguel Ruiz: “Nada es personal”. Descubre tu felicidad en ti, por ti y para ti y después, ¡compártela! Es tan fácil como decirlo, como escribirlo, como leerlo, ¿por qué el “hacerlo” es distinto? Eres tu único motivo y tu único obstáculo, ya queda en ti calendarizar hasta cuándo te abrirás camino.

Soy un joven promedio, soy estudiante (pasante) de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, soy “Uva”, soy Premio Nacional de Caricatura 2010. Gracias.

P.S. Googléame: “elías uva díaz”