Fue muy divertido volver a dibujar con los dedos. Sentir lo que generalmente precisa una cabeza de lápiz con la punta de los dedos no es algo que practique con frecuencia desde hace más de veinte y tantos años. Ahora formando parte de una tecnología voraz, regresar a estos primeros pasos de pintura digital de cuando era infante resulta una paradoja interesante y feliz.
La idea de hacer un faro o boya o lo que sea que esto es, vino de una asombrosa historia de vida y muerte de Perla Falcón, a quien con mucho agrado le he estado dibujando una caricatura que próximamente verán por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario