Esperar mucho tiempo no siempre tiene que ser aburrido o adherido a un celular, basta con afilar el lápiz, ver a la gente y que las manos hagan el resto.
Mira a tu mesero (en su caso); mira los muebles; si te es posible, elige un lugar que vea hacia el interior de la cocina, ¡allí pasan tantas cosas todo el tiempo!; observa a la gente que entra, la que se levanta, la que corteja, la que discute, la que come y bebe; respira la atmósfera y empapa tu papel del vapor que la escena expele.
Escucha el golpe de tu cubierto con la vajilla. Repasa la textura de los sobres de azúcares y las servilletas. Pregúntate quiénes son aquellos con los que compartes las mesas. Hojea el menú, sonríe y pide las cosas por favor.
Limpia la parte de la mesa que te toca y planta allí tu cuaderno de dibujo.
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