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El montaje duró el mes de agosto a inicios de septiembre y la exposición, de septiembre a principios de noviembre, uno de esos rarísimos casos en que el tiempo de montaje se acerca peligrosamente a la duración de la exposición.
Aun apesadumbrados por las más obstinadas dificultades, salimos avante el fabuloso equipo de Difusión Cultural, sin cuyo indiscutible apoyo no se habría podido llevar a cabo tal magna osadía.
Espero que lo disfruten, ya que como se darán cuenta la exposición real distó significativamente del boceto original, donde la Uva comprobó con aliento y desagrado que la realidad siempre supera a la ficción.
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